domingo, 8 de agosto de 2010

Colza transgénica en libertad

Imagen: IMTA
En EE.UU. se ha detectado por primera vez una planta transgénica (colza, Brassica napus) creciendo libremente fuera de sus terrenos de cultivo, algo que ya había ocurrido en otros países, como Canadá, Japón o Reino Unido.

La diferencia radica en que, mientras en estos países el crecimiento libre se ha detectado sólo en los campos inmediatos a los cultivos de los que proceden, en EEUU su presencia se extiende a lo largo de carreteras, así como cerca de gasolineras y ultramarinos, a grandes distancias de los campos de cultivo. Pero aún hay otra diferencia: las dos variedades estadounidense "fugadas" han dado origen a una nueva que no existía hasta este momento.

Tom Nickson, responsable de política medioambiental de Monsanto, en St. Louis (Missouri) apunta un posible motivo para la extensión de la "fuga": la caída de semillas de los camiones debido a un transporte inadecuado. Cynthia Sagers, ecologista de la Universidad de Arkansas que está al frente del equipo de investigación responsable del hallazgo, está de acuerdo, y añade que la densidad y frecuencia de la colza transgénica libre podría ser mayor de lo estimado.

En realidad, se han "escapado" dos variedades distintas. Lo significativo es que parecen haberse hibridado y originado una tercera variedad que no existe ni siquiera en los laboratorios. La primera variedad había sido modificada para que fuera resistente al herbicida Roundup (glifosato), de Monsanto, y la segunda para presentar resistencia al herbicida Liberty (glufosinato de amonio), de Bayer Crop Science. Pues bien, el equipo de Sagers encontró ejemplares de ambas variedades, pero también algunos que presentaban resistencia a los dos herbicidas, prueba de que las dos variedades manipuladas en el laboratorio han dado origen a una tercera con un nuevo rasgo.

Los investigadores recogieron muestras a intervalos de 8 kilómetros a lo largo de varias carreteras de Dakota del Norte entre el 4 de junio y el 23 de julio de este año. El equipo encontró B. napus en aproximadamente la mitad de las 288 zonas de prueba. De éstas, un 80% mostraban un transgen de resistencia a uno de los herbicidas (el 41% eran resistentes al Roundup y el 40% al Liberty), mientras que dos de las plantas recogidas tenían ambos transgenes. La hibridación indica que las dos variedades iniciales se “fugaron” hace varias generaciones, y esto pone de manifiesto la ineficacia (por falta de fondos, según Sagers) de los actuales métodos de prevención y localización de escapes de cultivos transgénicos.

¿Posibles consecuencias? Una de las principales ventajas de los cultivos resistentes a los herbicidas es que en ellos se pueden emplear herbicidas no selectivos, lo cual disminuye el número de aplicaciones necesarias. Pero si los cultivos transgénicos se escapan al control e hibridan con malas hierbas de especies similares, entonces la ventaja desaparece, obligando a utilizar un mayor número de herbicidas diferentes.

Fuente: http://www.nature.com/news/2010/100806/full/news.2010.393.html La noticia ya se está dando en algunos medios y webs españoles; Público cita la siguiente afirmación:
Sin embargo, Puigdomènech asegura que, si se confirma que el estudio científico es riguroso y los genes de las plantas transgénicas han saltado la valla de los cultivos, los genes "están destinados a desaparecer al cabo de un cierto tiempo, porque estas plantas silvestres resistentes a los herbicidas no tendrían ninguna ventaja sobre las demás, porque no reciben herbicidas".

martes, 3 de agosto de 2010

Un río europeo submarino

El Telegraph informa que científicos de la Universidad de Leeds han descrito la existencia de un gran río submarino en el Mar Negro. En caso de encontrarse en tierra firme, se catalogaría como el sexto más grande del mundo en cuanto a volumen de agua.

El río submarino, que en algunos lugares alcanza los 35 m. de profundidad y casi 1 km. de ancho, tiene orillas, llanuras aluviales, rápidos y cataratas, a semejanza de los ríos terrestres. Pero también cuenta con dos diferencias importantes: su agua no es dulce, sino que tiene una alta tasa de salinidad; además, cuando la corriente pasa por una curva, las espirales de agua que se forman giran en sentido contrario al de las espirales de los ríos de tierra firme.

El lecho marino del Mar Negro tiene un profundo canal, al que los científicos enviaron un robot submarino para su estudio. Pudieron apreciar entonces que el canal es surcado por una corriente de agua mucho más densa que el agua de sus alrededores, debido tanto a su salinidad como al transporte de grandes cantidades de sedimento. El elevado aporte salino es debido a que el agua procede del Mediterráneo, de donde entra al Mar Negro (cuya salinidad es bastante más reducida) a través del Estrecho del Bósforo. El río se adentra en las llanuras abisales, el equivalente submarino a los desiertos terrestres, y tras un recorrido de unos 60 km., desaparece gradualmente.

El descubrimiento abre el camino a una hipótesis válida para explicar que la vida prospere a grandes profundidades, lejos de las aguas ricas en nutrientes cercanas a la costa, si tenemos en cuenta que tales nutrientes y sedimentos pueden ser arrastrados a grandes distancias por estos ríos. Aunque tal vez es pronto para estas especulaciones, teniendo en cuenta que por el momento se desconoce la existencia de otros ríos similares que estén activos en la actualidad.

También explica la formación de los canales submarinos, que están presentes en todos los océanos del mundo y en algunos de ellos alcanzan tamaños gigantescos (hablamos de longitudes que pueden llegar hasta los 4.000 km.). Podrían haber sido originados por ríos terrestres hoy desaparecidos, cuando esas zonas se encontraban por encima del nivel del mar, aunque también se defiende la hipótesis de que pudieron formarse por el efecto de antiguos ríos submarinos, en momentos en que los océanos y mares eran mucho menos profundos. En este último caso, el río del Mar Negro, aún sin bautizar, podría ser un ejemplo activo de su dinámica.

Fuente: http://www.telegraph.co.uk/earth/environment/7920006/Undersea-river-discovered-flowing-on-sea-bed.html

lunes, 2 de agosto de 2010

Torosaurus, hermano mayor

Triceratops y Torosaurus

De las incontables especies que han vivido en la Tierra, sólo un número muy pequeño de ellas ha dejado rastro en forma de fósiles o huesos. Por eso a veces, cuando hay muy pocas pruebas y mucho entusiasmo, se descubre una misma especie más de una vez. En el siglo pasado se consumieron muchos esfuerzos en hacer reordenaciones en todos los ámbitos, desde las clasificaciones de los vegetales hasta las de los homínidos, que probablemente nunca podrán cerrarse del todo.

Últimamente estamos siendo testigos de una de estas reformulaciones, que lleva al sensacionalista titular que afirma que el famoso dinosaurio Triceratops nunca existió.

Dentro de la familia de los ceratópsidos, la cual abarca a todos los géneros de dinosaurios con cuerno, convivían hasta ahora dos géneros diferentes, Triceratops y Torosaurus. Según investigaciones de la Universidad de Montana (EE.UU.), unos y otros podrían ser en realidad representaciones jóvenes y adultas del mismo género.

Se sugiere que posiblemente a Othniel Marsh, que los describió en las dos últimas décadas del siglo XIX, le llevaron a error las diferencias en la gola, la placa de hueso que amplía la parte posterior del cráneo: la del Torosaurus tiene dos orificios que están ausentes en el Triceratops. Otra diferencia se encuentra en la orientación de los cuernos. Pero también hay que tener en cuenta que Marsh vivió en una permanente rivalidad con Edward Drinker Cope, lo que les llevó a una carrera de descubrimientos de huesos (entre ambos, describieron unas 120 especies nuevas). No hay que descartar una mano un poco suelta para la catalogación de restos.

Los investigadores de Montana, John Scannella y Jack Horner, sostienen que todos los ejemplares de Torosaurus que se han encontrado son adultos, mientras que los de Triceratops se encuentran en una fase de juventud o primera adultez. Efectivamente, el análisis de las líneas de crecimiento de los huesos revela que no disponemos de ejemplares viejos de Triceratops. Por otra parte, en los ejemplares más maduros de Triceratops se observan cambios progresivos en la orientación de los cuernos, además de un adelgazamiento de la gola precisamente en los lugares donde los Torosaurus muestran los orificios que les caracterizan.

Representación de Torosaurus (izqda.) y Triceratops (dcha.)

Las clasificaciones no son rígidas, veremos muchas más reformulaciones al ritmo que marquen los nuevos descubrimientos. Pero, para tranquilidad de los fans del Triceratops, muy interiorizado en la imaginería popular, en esta ocasión será el Torosaurus el que desaparezca de los libros de texto.

Fuente: http://www.newscientist.com/article/mg20727713.500-morphosaurs-how-shapeshifting-dinosaurs-deceived-us.html