lunes, 2 de agosto de 2010

Torosaurus, hermano mayor

Triceratops y Torosaurus

De las incontables especies que han vivido en la Tierra, sólo un número muy pequeño de ellas ha dejado rastro en forma de fósiles o huesos. Por eso a veces, cuando hay muy pocas pruebas y mucho entusiasmo, se descubre una misma especie más de una vez. En el siglo pasado se consumieron muchos esfuerzos en hacer reordenaciones en todos los ámbitos, desde las clasificaciones de los vegetales hasta las de los homínidos, que probablemente nunca podrán cerrarse del todo.

Últimamente estamos siendo testigos de una de estas reformulaciones, que lleva al sensacionalista titular que afirma que el famoso dinosaurio Triceratops nunca existió.

Dentro de la familia de los ceratópsidos, la cual abarca a todos los géneros de dinosaurios con cuerno, convivían hasta ahora dos géneros diferentes, Triceratops y Torosaurus. Según investigaciones de la Universidad de Montana (EE.UU.), unos y otros podrían ser en realidad representaciones jóvenes y adultas del mismo género.

Se sugiere que posiblemente a Othniel Marsh, que los describió en las dos últimas décadas del siglo XIX, le llevaron a error las diferencias en la gola, la placa de hueso que amplía la parte posterior del cráneo: la del Torosaurus tiene dos orificios que están ausentes en el Triceratops. Otra diferencia se encuentra en la orientación de los cuernos. Pero también hay que tener en cuenta que Marsh vivió en una permanente rivalidad con Edward Drinker Cope, lo que les llevó a una carrera de descubrimientos de huesos (entre ambos, describieron unas 120 especies nuevas). No hay que descartar una mano un poco suelta para la catalogación de restos.

Los investigadores de Montana, John Scannella y Jack Horner, sostienen que todos los ejemplares de Torosaurus que se han encontrado son adultos, mientras que los de Triceratops se encuentran en una fase de juventud o primera adultez. Efectivamente, el análisis de las líneas de crecimiento de los huesos revela que no disponemos de ejemplares viejos de Triceratops. Por otra parte, en los ejemplares más maduros de Triceratops se observan cambios progresivos en la orientación de los cuernos, además de un adelgazamiento de la gola precisamente en los lugares donde los Torosaurus muestran los orificios que les caracterizan.

Representación de Torosaurus (izqda.) y Triceratops (dcha.)

Las clasificaciones no son rígidas, veremos muchas más reformulaciones al ritmo que marquen los nuevos descubrimientos. Pero, para tranquilidad de los fans del Triceratops, muy interiorizado en la imaginería popular, en esta ocasión será el Torosaurus el que desaparezca de los libros de texto.

Fuente: http://www.newscientist.com/article/mg20727713.500-morphosaurs-how-shapeshifting-dinosaurs-deceived-us.html

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